Mi Cv. Chiaravallotti. M. Clara

Mi Cv. Chiaravallotti. M. Clara
Psicitelli, taller de datos.

Cirque du Solei

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En la Expo Zaragoza

Y más...

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¡¡Número de aros, impresionante!!

y más (2)...

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¡Filas Largas!

¡Filas Largas!
En general, estas son las filas que se forman, para conseguir la entrada y para entrar a los pabellones de los distintos países. Estas fotos están subidas, por: Chiaravallotti María Clara.

Esculturas, en la playa de Sitges, Julio 2008

Esculturas, en la playa de Sitges, Julio 2008
Por Chiarvallotti M. Clara

domingo, 8 de junio de 2008

La anónima transeúnte

Caminé por las calles desiertas, o casi desiertas, de una zona de chalets. Algunos habitantes, a pesar de la hora matinal, ya estaban levantados; me miraban pasar desde los garajes. Parecían preguntarse qué estaba haciendo yo allí.Si me hubiesen preguntado, me habría costado contestarles. En efecto, nada justificaba mi presencia allí. Ni en ninguna otra parte a decir verdad.Nadie hubiese podido entender que era lo que realmente hacía yo en ese lugar, el por qué de mi estadía y el por qué de mi rara forma de vestir, la cual era, por cierto, muy distinta al resto de la gente de este pequeño barrio. Cómo hacía una desconocida como yo para explicarles el motivo que me llevó a irme de mi hogar, dejando atrás mi vida pasada. Cómo poder explicarles lo vivido hasta hace tan poco tiempo. Para mí, son hechos que, simplemente, son demasiados difíciles como para expresarlos en palabras, se me hace imposible pensar que otros puedan comprender esta situación sin sentir miedo o pánico al escucharla. Me cuesta entender lo que sucedió esa noche, en mi casa, con mi familia. Es decir, encontrar el verdadero significado, el porqué de aquello por lo que hoy me veo obligada a caminar por calles desconocidas y recibiendo por parte de los habitantes y los demás traúsentes de este tranquilo lugar una mirada interrogadora, que me dice que saben lo que sucedió esa noche oscura y fría con mis seres queridos, noche que no he podido olvidar ni dejar atrás, sus recuerdos me atormentan.Sé que de un momento a otro, los habitantes de este barrio se preguntarán por qué sigo transitando estas pequeñas y estrechas calles y me interrogan en busca de unaexplicación sobre mi actitud hacia ellos y de mi pobre aspecto, soy conciente que lo más notorio es mi triste mirada. Observé mi imagen en el vidrio de una ventana, primero me asusté, luego me sorprendí, no podía creer que aquella persona era yo, ¿dónde quedó esa joven cuyo rostro trasmitía tantas ganas de vivir? Pero mientras estos pensamientos se agolpaban en mi cabeza, sigo caminando para lograr llegar a lo alto de un acantilado y sentarme en el borde del mismo, buscando contemplar el mar que golpea su dura pared de piedra, esperando que el mismo pueda darme todas las respuestas que necesito. Por un segundo, logro tener mi mente en blanco.Inmediatamente después, comienzo a recordar cada uno de los dolorosos detalles que tendré en cuenta para poder contar mi versión de los hechos a aquellas personas que estén interesadas en oírla. Me veo obligada a aclarar que fueron sucesos sorprendentes, aún así perdono a quienes estuvieron involucrados y creo que hasta puedo llegar a entenderlos. Lo único que puedo afirmar sin lugar a dudas, es que todo aquel que hubiese estado en mi situación es el único capaz de comprender porqué me vi obligada a actuar como lo hice, sabiendo que no tenía vuelta atrás, y que la única solución era irme para siempre de allí. No busco perdón ni justificación, solo que me comprendan, no podría vivir con la mirada acusadora y desafiante de quienes me rodean.
Por Alejandra

1 comentario:

Integrantes: Clary, Ale, Vivi, Belén dijo...

Hola Ale me gustó tu cuento, me pareció interesante lo de la anónima transeúnte jeje.
Beso, Clary.