Una historia del Medio Evo
Había una vez una chica que era medio desbolada que no había tenido un día, si se quiere, bueno… pero esto no viene al caso. La ola de calor que azotaba al reino de Villa Ballester era impresionante, algo inusual para el mes de noviembre. La cosa es que nuestra protagonista sufrió el cambio de horario de
Entonces la señorita en cuestión llego a su hogar para bañarse y su hermano (el ganso) estaba lavando la ropa de toda la semana y además su madre que había vuelto de su trabajo también necesitaba pegarse una duchita reparadora.
El asunto es que esta chica esperó su turno ( otra horita y media) y logró su cometido: alejar la transpiración de su cuerpo y disfrutar de la brisa de la noche de verano. Luego de todos estos trámites, se dispuso a tomar otro transporte real (el 343- Liniers por Lourdes) y mientras paraba a uno de estos, lamentablemente y hasta parecía a propósito decía fuera de servicio, cada vez iba llegando mas tarde. Luego esperando otro transporte, un señor grande, para su vehículo y se dirige hacia nuestra protagonista preguntándole” quieres que te lleve a Ballester?” “estamos en Ballester”- le contesta riendo. “bueno, pero si quieres te alcanzo, hermosa…” a lo que contestó aguantando una carcajada “no gracias, prefiero esperar el
FIN.