Mi Cv. Chiaravallotti. M. Clara

Mi Cv. Chiaravallotti. M. Clara
Psicitelli, taller de datos.

Cirque du Solei

Cirque du Solei
En la Expo Zaragoza

Y más...

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¡¡Número de aros, impresionante!!

y más (2)...

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¡Filas Largas!

¡Filas Largas!
En general, estas son las filas que se forman, para conseguir la entrada y para entrar a los pabellones de los distintos países. Estas fotos están subidas, por: Chiaravallotti María Clara.

Esculturas, en la playa de Sitges, Julio 2008

Esculturas, en la playa de Sitges, Julio 2008
Por Chiarvallotti M. Clara

domingo, 30 de noviembre de 2008

Textos para el concurso Cross a la mandíbula.

El caminante

“Caminé por las calles desiertas, o casi desiertas, de una zona de chalets. Algunos habitantes, a pesar de la hora matinal, ya estaban levantados; me miraban pasar desde los garajes. Parecían preguntarse que estaba haciendo yo allí. Si me hubiesen abordado me habría costado mucho contestarles. En efecto, nada justificaba mi presencia allí. Ni en ninguna otra parte, a decir verdad. Lo que ocurrió fue que me desperté en mitad de la noche ya que tuve un llamado de la naturaleza y fui al baño. Cuando contesté el llamado me proponía volver a mi habitación, pero por alguna razón bajé las escaleras, crucé la sala, pasé el recibidor hasta llegar a la puerta, giré el picaporte, salí y cerré la puerta tras de mi… y caminé… caminé…y seguí caminando.
Era la mitad de una noche de verano, los días habían sido muy calurosos y las noches se tornaban frescas. Estaba en shorts y ojotas y caminaba bajando la colina la brisa mecía delicadamente las hojas de los árboles que parecían dormir en esa noche de verano. Me sentía uno más en el universo. Yo era de los que pensaba que todo lo que se hace en la vida es para llegar a un objetivo, que había que esforzarse, que había que tener metas y cumplirlas. Que eso era lo que hacia girar al mundo. Pero lo raro era que mi mundo en ese momento no tenía ningún motivo por el cual girar. Hacía algo sin tener una razón lógica. Fue como si mi cuerpo se hubiese revelado contra mi, fue entones cuando me pregunté si podía llegar a tener algún desorden cerebral o ser víctima de un delirio medicamentoso resultado de la mezcla de alcohol y algún medicamento, o simplemente un fuerte golpe en la cabeza.
Seguí buscando los motivos mientras caminaba hasta que se me ocurrieron cosas bastante locas como una posible abducción por seres del mas allá con zondas incluídas o que los servicios secretos me hubieran entrenado para realizar una misión en la mitad de la noche, pero eso sólo ocurre en las películas… ahora que lo pienso tendría que dejar de ver televisión… de pronto, entrando a la ciudad escuche gritos y tiros, lo peor era que gritaban mi nombre y apellido. Corrí desesperado unos metros y me escondí en un arbusto tupido esperando que la turba pasara. Mi corazón latía bastante rápido y en ese momento pensé que tenía que ir al gimnasio ya que debido a mi respiración agitada y mi fuerte ataque de tos me habían encontrado. Agradecían a Dios haber dado con mi persona ya que pensaron que los “destructores” me habían encontrado. Yo no comprendía nada ya que la que me hablaba era mi madre, que según mis cálculos tendría que estar en ese momento en un crucero por el caribe; un muchacho guapetón que era el mismísimo Brad Pitt y un perro gigante del tamaño de un caballo que me aconsejaba que dejara las grasas mientras miraba mi abultado abdomen. De repente se escucharon unas bocinas y salimos corriendo. Corrimos sin parar pero mi calzado hacía esa actividad muy dificultosa. Entonces ocurrió lo obvio, como una fórmula matemática: correr menos estado físico, más panza prominente, más ojotas igual a una espectacular caída… cuando abrí los ojos no había nadie a mi alrededor.
De pronto, escuché un ruido, que sentía mas y cada vez mas cerca, y mas cerca y mas cerca y… la secretaria me llamó para avisarme que por razones personales tenía que cambiar mi visita al odontólogo y volví a dormir.

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